El Instituto Cugat ha realizado recientemente un Congreso médico internacional sobre las lesiones de Ligamento Cruzado Anterior de Rodilla (en adelante LCA) en las mujeres futbolistas, con la participación de destacados expertos en la materia. La incidencia de estas lesiones, así como el exponencial crecimiento en el número de mujeres futbolistas, convierten este asunto en uno de los de mayor interés.
La lesión de LCA consiste en un esquince o ruptura del ligamento de la rodilla, que generalmente deriva de cambios de sentido, quiebros y saltos, y no tanto de la colisión con contrarios, contrariamente a lo que habitualmente se piensa. Frecuentemente, el deportista tiene que someterse a una operación quirúrgica y afrontar un largo período de recuperación, que puede llegar a ser de un año.
Las principales conclusiones del Congreso derivan del análisis realizado por la Mutualidad de Futbolistas de la información estadística contenida en su base de datos. Con más de 850.000 mutualistas asegurados cada año y 74 años de experiencia, la Mutualidad dispone de la información más completa en el mundo para realizar este tipo de investigaciones.
En este caso, se han analizado los datos estadísticos de lesiones de los asegurados de la delegación catalana de la Mutualidad en las últimas cinco temporadas futbolísticas, una muestra que, en conjunto, abarca la actividad de más de 885.000 aseguramientos. Se llegan a las siguientes importantes conclusiones:
- 3,06 hombres de cada 1.000 asegurados son intervenidos quirúrgicamente de LCA, frente a 8,51 mujeres. Por tanto, la probabilidad de que una mujer se lesione y sea operada de LCA es mucho mayor, casi 3 veces, que la de un hombre.
- Así mismo, la tasa en adultos, independientemente del sexo, es 2,92 veces la tasa en menores de edad, aunque no por ello la tasa en menores deja de ser significativa (2,03 por cada mil asegurados).
En el Congreso se han analizado también las principales causas de esa mayor incidencia de lesiones de LCA en mujeres que en hombres, considerándose que aquéllas tienen una anatomía de pelvis y de extremidades inferiores diferente a la de los hombres, lo que hace que se muevan con una mecánica más propicia para que se rompa el LCA, así como una distinta dinámica de salto, en especial en la caída; además, las subidas y bajadas de hormonas por el ciclo menstrual también pueden afectar a la resistencia de los tejidos musculares.
Especial atención se ha dedicado a la prevención, en especial a la correcta preparación física y técnica, que resulta esencial para reducir el riesgo de lesiones de rodilla, junto con los entrenamientos que han ido mejorando año tras año, gracias al crecimiento del futbol femenino y la especialización de los preparadores; así como al desarrollo del proceso de rehabilitación y readaptación de las futbolistas para su vuelta a la actividad deportiva, intentando reducir el elevado riesgo de reincidencia en la lesión.
«Por suerte, vemos que la tendencia ha cambiado y que las futbolistas cada vez tienen una preparación física mejor, lo que quiere decir que los clubes están más concienciados sobre la importancia de la preparación física y la prevención de lesiones en el fútbol femenino, aunque aún queda recorrido para mejorar», ha destacado Cugat, que además de dirigir el instituto que lleva su nombre es uno de los más prestigiosos médicos de la Mutualidad de Futbolistas.
